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Vive la esperanza en los habitantes de Bahía de los Ángeles

Por Nelly Alfaro

IMG_20140920_070954Ensenada.-  Apenas empezaba a amanecer y la tarea en Bahía de los Ángeles se tornaba más pesada, pero, eso no era impedimento para que  unidos  poder aligerarla un poco, porque bien es sabido que “después de la tormenta llega la calma”.

Alrededor de las cinco de la mañana, los habitantes de Bahía de los Ángeles comienzan a limpiar lo que el arroyo trajo a su paso con la presencia de “Odile”, algo que nunca imaginarían que podría pasar en esa delegación alejada de Ensenada, a más 600 kilómetros.

Para Laura, habitante de Bahía, la tragedia apenas inicia. Madre de tres hijos y soltera aun no sabe cómo le hará para poder empezar de cero, mientras tanto, ayuda en la limpia de  la playa la cual está llena de muebles, basura, animales muertos, desperdicios y tierra que bajo de la Sierra, cuando el arroyo desembocó.

Ella, se dedicaba a la venta de nieve, dulces, sodas, y otros productos que ofrece al turismo además de apoyar a su tío (dueño de un pequeño hotel) “en temporada buena”. Ahora se quedó sin nada.

Relató que alrededor de las 8:00 horas del 16 de septiembre, la lluvia y el viento arreció  y fue cuando ya no se pudo hacer más; el arroyo se había desbordado y el hotel donde apoyaba a su tío se empezaba caer.

“ Yo nada más escuché que el viento sonaba muy feo; esto es algo que nunca nos había pasado en Bahía, pero, qué más podemos hacer. Tenemos que seguir adelante y mientras apoyarnos entre nosotros”, manifestó.

Su tío, dueño del hotel “Cangrejo”, quedó en ruinas. “Odile” se lo llevó, así como gran parte de su casa y las lanchas que rentaba para los turistas que llegan al poblado para ir a pescar.

Al igual que ellos, Doña Alejandrina Díaz, dueña de un restaurant, lo perdió todo. De su negocio, dependen otras seis familias que se quedarán sin empleo hasta que pueda llegar la ayuda de las autoridades.

Formada en espera de que le sea dada una despensa, contó que su casa fue destrozada completamente; alcanzó a salir con la ayuda de su hijo mayor.

“Si no es por mi hijo, yo creo que muero ahí. Se puso horrible y pude salirme con esto que me ve puesto. No tengo nada y mi negocio todo se perdió. Cómo le van a hacer los que trabajan ahí”, cuestionó.

Con lágrimas en los ojos, recogió las verduras y otros víveres que llegaron a la delegación y que fueron entregados  a los habitantes más afectados.

Doña Alejandrina, solo quiere agradecer a quienes han mandado apoyo a las familias de Bahía: “Yo sé que no estamos solos, esta es una mala racha y sé que pasará. Nos repondremos rápidamente, ni Dios ni la gente nos olvidará”, expresó.

Para Marco Antonio Urías, pescador de oficio dejará de percibir ingresos durante un mes mínimo, esto significa cerca de 6 mil pesos ya que no podrá trabajar en el mar, además de ello, perdió las lanchas que rentaba para que los turistas observaran el tiburón blanco.

Afortunadamente, dice Marco Antonio, no perdió su vivienda.

“Pues no va a haber trabajo un buen tiempo, pero, saldremos adelante y lo importante es que mi familia está bien”, dijo.

Para ellos, la vida continúa y con entusiasmo esperan que la “la mala etapa” pase pronto, para poder levantarse con más fuerza y hacer de Bahía de los Ángeles uno de los destinos turísticos más importante de Baja California.

 




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