Por Nelly Alfaro
Ensenada.- Los sentimientos están ligados a los valores éticos y suponen un paso para la toma de decisiones, comunicó ante universitarios de Cetys, la Catedrática del Departamento de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Barcelona, María Rosa Buxarrais Estrada.
En su visita al campus internacional, la investigadora abordó los resultados sobre su trabajo relacionado con el desarrollo moral y la educación en valores, así como las nuevas tecnologías y el software libre sirven como herramientas del cambio social.
Destacó, que cada individuo debe de ser consciente de sus emociones, de lo contrario, difícilmente puede tener una conducta ética profesionalmente.
“La educación debería ser ética; se educa a las personas de acuerdo a la avalancha de información que existe naturalmente en la actualidad, pero, se debe de valorar qué es lo positivo de lo negativo”, sostuvo.
La investigadora, comentó, que los niños y jóvenes deben de comprender la realidad y saber distinguir lo ético, pues, una persona que no ha hecho un ejercicio de autoconocimiento no sabrá distinguirlo.
Actualmente, dijo, los padres deben de colaborar en la tarea de los docentes y no ponerse en contra. Una manera de hacerlo, es intentando hablar con los maestros para consensuar qué tipo de valores se deben de impartir.
Aunado a ello, es tarea de los estudiantes ser curiosos, encontrar su motivación para aprender y que se dejen acompañar en el proceso de crecimiento para llevarlos a la práctica en su vida.
En la era actual, algo de lo negativo que puede impedir una formación ética, es la influencia de las tecnologías y que en un lapso, se pierda la capacidad de poder comunicarse con los demás cara a cara.
“Aunque parece que estamos mejor conectados, no ha sido positiva para el desarrollo personal y puede dificultar la educación en valores que se pretende ofrecer desde la familia. Hay que hacer personas más críticas y no dejarse llevar por entornos tecnológicos. Que haya un balance y un acuerdo entre padres y escuela”, finalizó.
