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CHRISTINE Y EL TRANSPORTE PÚBLICO. (Los Chargers Del Año).

PATRULLA POLICIAEstoy casi seguro de que si el señor Stephen King, anduviera por estos lugares, haría la nueva versión o continuación de su novela Christine que publicó en el año de 1983, la cual fue convertida en película del género del horror en ese mismo año, y que trata de un automóvil de color rojo con franjas laterales de color blanco, poseído por fuerzas sobrenaturales que tiene vida propia, a pesar de solo ser una cosa, pero, que es causante de la muerte de varias personas, según la propia versión de las obras literaria y cinematográfica.

Pero también lo estoy y no casi, sino que seguro, de que si lo hace, va a reemplazar el viejo modelo Plymouth Fury 1958, y  se va inspirar en el automóvil Dodge Modelo Charger,  de color blanco con franjas laterales verdes,  que según está destinado para la vigilancia del transporte público, para que los operadores de los destartalados vehículos que lo “prestan” (que por cierto son desechos de los gringos, pá variar), no transgredan las normas de tránsito y las reglas del mismo servicio, supervisando y vigilando, que no cometan arbitrariedades o atrocidades en contra de los usuarios-Lo cual es el pan de cada día- porque ni a los empresarios dueños de las unidades y mucho menos a los chóferes  se les mete en cintura como se debiera, para que ofrezcan un servicio de calidad y confort.

Y digo que Stephen King, se inspiraría y haría la nueva versión pero esta vez no solo seria de horror, sino que se convertiría en un auténtico Thriller, porque lo que sucede alrededor de la prestación del servicio público del transporte, en el otorgamiento de las concesiones para prestarlo y en las luchas intestinas que por el poder se dan en ese gremio, ya se ha hecho presente, no solo el horror, sino que también se está dando el terror y las correspondientes investigaciones para saber quién es quién y deslindar responsabilidades sobre las cosas malas que ahí suceden, pero entre más tiempo pasa, las situaciones se tornan más confusas y más obscuras.

¡Y no estamos exagerando, pues para muestra un botón!

Por lo pronto ya hubo una persona muerta y hasta la fecha el caso no se ha esclarecido completamente, atraparon a los autores materiales, es cierto, pero los autores intelectuales, los ordenadores que le jugaron a ser Dios mandando arrebatar la vida de quien se les oponía, andan libres y se muestran intocables, porque hasta el momento no los ha alcanzado el brazo ejecutor de esa Diosa ciega llamada Justicia.

Inexplicablemente los tres Jueces Penales de la Jurisdicción han alegado excusas para no conocer del caso, ¡Que conveniente! ¿No?

Y por lo que se refiere al misterioso vehículo Dodge Charger, está muy Ad-hoc para la nueva novela, porque como fantasma siempre deambula por todas las calles de la ciudad excepto por aquellas en donde transitan o deben transitar las unidades del transporte público de personas.

Si amable lector,  ¡Aunque Usted no lo crea! Ese misterioso automóvil, siempre lo verá usted por las calles en donde están los antros y lugares de diversión o saliendo de los sitios esos que se identifican con una O al principio y otra al final y en medio de ellas dos X  y con un 7 grande seguido de la palabra Eleven Seguramente llegaron a abastecerse de combustible, pero para el estómago, porque ese auto el Charger, no anda solo como lo hacía el Plymouth Fury Rojo que caracterizo al automóvil de la novela  Christine.

Este anda acompañado de cuatro jóvenes (a veces solo tres) por cierto muy bien vestidos, que seguramente perciben unos muy buenos sueldos por “Trabajar o hacer que trabajan”  en el ayuntamiento, porque más bien parecen Juniors que empleados.

Y están buenos para el argumento de la nueva novela, porque sin tener para que, ¡Matan! pero el tiempo divirtiéndose paseando en el carro toda la jornada y por toda la ciudad, menos por donde circulan las unidades del transporte público. ¡Todo eso a costillas de usted, de nosotros los ciudadanos!

Evidentemente me llama mucho la atención, que para desarrollar una actividad que solo tiene tres aspectos, el de vigilancia, el de supervisión y tal vez el de aplicar sanciones a los operadores infractores, se tenga que utilizar un automóvil de un precio tan alto-Fluctúa entre los 421 mil y los 531 mil pesos-Y además de mantenimiento y operación tan caros, pues para gastar combustible los Dodge o los Chrysler se la llevan de calle.

¡Es muy poco práctico! ¿No le parece?

Y digo esto, en razón de que las actividades que con él se desarrollan, por sus características podrían costarnos menos, desde luego si se llevaran a cabo por personas realmente entregadas y aplicadas, tal vez empleando Universitarios de medio tiempo, y usando autos económicos de los llamados utilitarios, que ahora hay muchos de todas las marcas y de todos los modelos y cuyos precios van de los 70 mil a la 110 mil pesos, o bien recurriendo a las motocicletas que son especialmente baratas. ¡Eso si es práctico! Y además ahorraría mucho dinero al ayuntamiento puesto que se evitaría el pago tan dispendioso que ocasiona el desplazamiento y mantenimiento del susodicho Charger y los sueldos de los cuatro juniors que lo tripulan.

¡Perdón! De los cuatro sufridos empleados del ayuntamiento que intervienen en la ardua tarea de enfrentarse a los energúmenos operadores de las unidades de transporte público.

Y bien; despedida no les doy, porque no la traigo aquí, pero si les dejaré un saludo muy mexicano, pero muy expresivo, de esos que recuerdan a la antecesora a todos aquellos que permiten, solapan y toleran, que el Gobierno Municipal haga un gasto tan grande como inútil en las labores de vigilancia, supervisión y sanción en el área del transporte público de personas.

¡Sálvanos Stephen! ¡Haz tu novela de El Charger!

 Porque ya donde quiera se me aparece a veces hasta en dos sitios a la vez.

¡O al menos que sean dos!

¡Eso sí sería más grave todavía! Porque andaría más de un millón de pesos rodando por las vías de la diversión y el esparcimiento a nuestras costillas.

Y como dice Don Rafael Loret de Mola ¡Abundaremos!

 ¡Nos vemos en la próxima!

Para Rada Noticias Escribió.

Miguel Alfaro García.




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