(¿No que los Senadores Representaban al Pueblo Pues?).
Ensenada.- Al ver el modo de proceder de los senadores mexicanos, le concedo todita la razón al emperador Calígula, cuando en un arranque de autoritarismo y al borde de la locura nombró senador a su Caballo Incitatus y lo comprendo, precisamente porque a mí me sucede lo mismo que al emperador, con la salvedad que no estoy igual de loco y tampoco tengo el poder que el tenia, sin embargo, con el poder de decisión que me asiste, que en materia de derecho se llama voluntad, también tome una decisión, la de bajar de peso y no ser una carga tan pesada para mi Caballo El Charro.
Ustedes se preguntarán qué tiene que ver una cosa con la otra y se los voy a decir, llega un momento en que el actuar de las personas que te rodean, te desmotiva ya sea porque prolifera la deslealtad, el egoísmo, a veces la traición o porque sencillamente te dejaron de lado o te tuviste que mover; para que no te atropellaran o te arrastraran al remolino de la ingratitud o de la desesperanza.
Son situaciones tan especiales, porque se da el caso de que si hablas te patean y si te callas te apedrean, haz de cuenta como una muerte a pellizcos, cuando en realidad la vida solo tiene dos senderos, porque lo único que se hace y nace por en medio es el acto coital y los niños que resulten producto de ese mismo acto de ayuntamiento.
Y siguiendo con la idea principal, es obvio que el emperador Calígula, considero a los senadores romanos como traicioneros, serviles y con poca inteligencia, porque los obligó a que le ofrecieran respeto y le rindieran pleitesía a su Caballo.
Y la verdad, después de los resultados de las recientes intervenciones del senado mexicano, en rubros tan trascendentales, para la buena marcha del País ¡Cómo me gustaría que renaciera Calígula y se introdujera a las entrañas del Congreso de la Unión y con su poder infinito de Emperador, los metiera en cintura y les quitara lo servil, lo arrastrado, lo autoritario y lo arbitrario.
Porque solo alguien como Calígula, nos podría salvar de la rapiña de ese grupúsculo de personajes de dudosa reputación y baja estofa, que gobiernan para sí, privilegiando sus intereses particulares o de partido, antes que los de la sociedad que otrora los eligió.
¡Pobre País!, pareces el árbol de la vida, porque a pesar de que te carcomen y carcomen del follaje y la raíz, al grito de ¡No te acabes México, que eres el cuerno de la abundancia! Sigues igual.¡Bueno entre comillado y con minúsculas puesto que los vende patrias que han sido muchos, ya te están acabando a pedazos!
Y sino para muestra un botón, suena conocido refrán. Nada más chequen ustedes los siguientes datos: Son 128 cabrones, esos 128 cabrones, cobran “Por representar los intereses de la nación” nada más y nada menos que la friolera de 500 mil pesos por mes cada uno.
Lo cual nos da como suma la cantidad de 64 millones de pesos mensuales que se van al inodoro, porque esos cabrones señores, no justifican de ninguna forma que merezcan ganar tanto.
A esa cantidad que se va al inodoro, habrá que sumarle las cantidades que para gastos extras, bonos, viajes, aguinaldos y demás perciben del mismo erario.
¡Qué despilfarro! ¿Verdad? Es como para sentirse de la chingada y por eso es que me atreví a escribir estas líneas sin dejar de hacer la comparación de mi persona con la del emperador Calígulapuesen mediana escala, pero después de ver el comportamiento humano tan mezquino de quienes juraron falsamente representar los intereses de la nación y hacen exactamente lo contrario, le he agarrado tal estima a mi caballo El Charro, que como ya les dije: Estoy tratando de bajar de peso por consideración a él y no a nadiemás, ni siquiera a mí mismo, ya que quiero alivianarle la carga.
Y con la anuencia de los lectores. Valga pues que se me permita hacer analogía de mis intenciones y preguntar:
¿No sería pues, más lógico y puntual que en verdad los señores senadores, se avocaran a su encargo y realmente representaran los intereses de la Nación?
¿No sería mejor que esa representación se efectuara al margen de los intereses de partidos o de objetivos particulares?
¿No seríamás justo, que defendieran a su pueblo de los ataques que se están dando con todas las Reformas? Y por último
¿No sería todavía más justo, que así como lo hago yo con mi Caballo, los senadores trataran de alivianarle la carga al pueblo que juraron representar?
Seguramente que ante las marcadas acciones y omisiones del senado, que a final de cuentas perjudican a la Nación, más que beneficiarla, si sería bueno, que reviviera Calígula y que sin pensarla mucho, decidiera nombrar Caballos a los senadores y no senador a su Caballo-Dicho desde luego con todo respeto para los equinos!
¿Suena raro verdad? Pero eso sería mejor para nosotros porque aunque usted no lo crea, es más fácil encontrar la lealtad y la estima en los animales, que en las propias personas, máxime cuando estas están investidas de inmunidad, que permite la impunidad, para que puedan hacer y deshacer sin que se les pueda encausar por sus errores ejecutados o consentidos. ¡Lo bueno fuera que pagaran sus errores con sanciones económicas! ¡Que se les finque responsabilidad patrimonial! ¿No cree Usted?
Despedida no les doy porque no la traigo aquí-Parodiando la canción-Pero si quiero mandar el saludo mexicano ese que recuerda con mucha enjundia a la progenitora, para aquellos senadores desleales, corruptos y traicioneros que están permitiendo que se den los ataques arteros que se le están dando al pueblo de México.
Para Rada Noticias escribió.
Miguel Alfaro García.
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