Por Yuver Maceda
Ensenada.- La rutina de la mayoría de los trabajadores trae consigo situaciones de alto estrés y presiones permanentes, lo que repercute en la salud.
Cabe destacar que la comida cumple un rol en el manejo de este tipo de situaciones, ya que son capaces de generar cambios en los neurotransmisores y neuropeptidos cerebrales que controlan la alimentación y el estado de anímico.
El nutriólogo Manuel Díaz Navarro, Jefe del Departamento de Nutrición la Clínica No. 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ensenada, indicó que una nutrición adecuada no sólo previene la aparición de enfermedades crónicas, sino, también ayuda a enfrentar las situación de presión y preocupaciones que se presentan día a día en las personas.
Destacó, que factores como la edad, el sexo o el nivel socioeconómico influyen en la decisión de gran parte de la población para no llevar un régimen alimenticio regular; muchos acostumbran omitir el desayuno en la dieta diaria sin tomar en cuenta su valor nutricional y otros aportes benéficos a la salud.
El especialista indicó que muchas personas que sí tienen en hábito del desayuno acostumbran una dieta insuficiente para el resto del día que no cubre el aporte energético recomendado y por tanto, comprometen el suministro básico de micronutrientes.
Advirtió, que los alimentos chatarra generan un aumento en la prevalencia de enfermedades crónicas, como la obesidad, diabetes e hipertensión, con graves consecuencias no sólo en la salud física, sino también mental como lo es el aislamiento social, depresión, estrés, baja autoestima y un aumento significativo de ausentismo laboral.
“Es la niñez la etapa más adecuada para inculcar hábitos alimenticios correctos y éstos deben ser continuos para adolescentes, personas adultas o en edad avanzada, ya que está confirmado que el primer alimento del día tiene repercusiones positivas en el mantenimiento de la salud y en el rendimiento físico e intelectual”, dijo.
El galeno, insistió en la necesidad de modificar hábitos alimenticios ya que en la actualidad la sociedad se resiste a desayunar adecuadamente y acostumbra consumir de preferencia productos con grasas saturadas procedentes de manipulación industrial.